Durante el 1 y el 2 de noviembre México se prepara para vivir una de sus fiestas más importantes. Considerado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO desde 2008, los mexicanos rinden culto a la muerte.
En familia montan el Altar de los Muertos, puesto que, según cuenta la leyenda, durante estos días las almas de los difuntos vuelven a la tierra para pasar un rato festivo con sus allegados. Se ponen las fotos de los familiares, la comida que les gustaba en vida o flores, entre otras cosas, para llamar a que pasen la puerta de nuevo al mundo terrenal.
Este es tan solo un ejemplo de cómo alrededor de todo el mundo se recuerda a los seres queridos durante estos días. Pero eso sí, lo que es común y nos une a todos es ese sentimiento por acordarnos de quienes nos hicieron felices en vida.
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