Los allegados del presidente depuesto Abidine Ben Alí, que huyó del país el 14 de enero, están cayendo como moscas en manos de la Justicia. Han detenido a 33 familiares suyos por haber cometido crímenes contra Túnez, como despilfarrar el dinero público en artículos de lujo y utilizarlo para relizar inversiones millonarias en el extranjero de forma ilícita.
La televisión estatal del país norafricano ha anuciado que la policía ha incautado gran cantidad de joyas y oro en los domicilios de los familiaresdel ex presidente y de su mujer Leia Trabelsi. En esta operación también podrían haber detenido al jefe de Seguridad del antiguo régimen, el general Alí Seriati, aunque este extremo aún no ha sido confirmado.
Los ministros salen del partido
Todos tratan de desembarazarse de cualquier cosa que les vincule con el hasta la semana pasada todopoderoso Ben Alí. Ahora es un paria al igual que todo lo que le rodea. Todos los ministros del Gobierno de Coalición que pertenecían a su partido, el RCD, lo han abandonado para desligarse de él.
"En primer lugar y sobre todo queremos una ruptura completa con el pasado", ha señalado el presidente interino Fouad Mebazza, "debe de haber una separación completa entre el Estado y el RCD, en el contexto en que el presidente de la República ha anunciado que abandona el partido".
El símbolo de la represión, candidato a presidente
La justicia avanza y poco a poco también el país. Las calles recuperan su actividad cotidiana al tiempo que surgen aspirantes a liderar la transición democrática. El escritor y hasta ahora preso político Toaufik Ben Brik ha anunciado que se presentará a las elecciones de dentro de medio año.
Durante los 23 años de mandato de Ben Alí se convirtió en un símbolo de los reprimidos por sus ideas. Una vez en la calle beneficiado por la amnistía general quiere que su experiencia ayude a allanar el camino hacia la democracia.
"El pato sigue corriendo sin cabeza"
Ben Brik cree que el primer paso ha de ser una depuración completa de los vestigios del antiguo régimen. "Lo que tenemos en estos momentos son dos fuerzas con poder en Túnez", afirma, "durante el día es la calle, por la noche, con el estado de emergencia, el legado de Ben Alí es el sistema". "Es verdad que le hemos cortado la cabeza pero el pato sigue corriendo, aún está su fuerza policial, todavía siguen sus fuerzas especiales", advierte.