En poco más de año y medio, sólo en Castilla y León se han producido 14 arrollamientos, 9 personas perdieron la vida y 6 resultaron heridas. Los maquinistas de trenes presencian el suceso pero, la mayoría de las veces, poco o nada pueden hacer para impedir lo inevitable. Los que lo han vivido arrastran para siempre su doloroso recuerdo.