Miles y miles de kilómetros recorren muchos de los productos que llegan a nuestra mesa. A veces, no nos damos ni cuenta porque no estamos acostumbrados a leer la etiqueta pero si lo hiciéramos más de una vez nos sorprendería de dónde viene eso que nos estamos llevando a la boca.
Las naranjas en agosto ya son comunes y los melocotones en febrero también.
Son productos de gran calidad ,y aunque recorren miles de kilometros llegan muy frescos a los supermercados. Eso ocurre sobre todo con frutas y hortalizas. Nos fijamos más en los precios que en origen de los productos.
Una cosa es la fabricación o envasado y otra muy distinta la procedencia. Según un estudio de la consultira GFK el 45% de los españoles no saben o no se interesan por el origen de los alimentos.