Los ministros de Exteriores de la Unión Europea y los titulares de Defensa de la OTAN se reúnen este jueves en dos encuentros paralelos que tendrán lugar en Bruselas para analizar distintas fórmulas con las que aumentar la presión sobre el régimen libio de Muamar Gadafi, con opiniones distantes sobre la posibilidad de impulsar una operación militar sobre el terreno.
También este jueves los 27 adoptarán "formalmente" extender la congelación de activos que afectan al líder libio y 25 personas de su entorno para que también afecte a cinco entidades financieras con estrechos vínculos con Gadafi, entre ellas el fondo soberano libio y el Banco Central Libio, según han informado fuentes próximas a la negociación, tras salvar algunas reticencias de Malta.
Además, emisarios de Gadafi, de un lado, y representantes de la oposición rebelde que ha formado el autodenominado Consejo Nacional de Libia, del otro, han anunciado que viajan a Bruselas para establecer contactos con los ministros de la UE y de la OTAN. La oposición rebelde ha pedido que se le reconozca como interlocutor legítimo, pero este punto "no es una prioridad" para los 27, según han explicado fuentes diplomáticas británicas.
Otras fuentes europeas han pedido "prudencia" y han recordado que falta información sobre el terreno para identificar a los posibles interlocutores, al tiempo que han advertido de que la UE "reconoce Estados, no gobiernos". La propia Alta Representante de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, se ha escudado este miércoles en que no tiene un mandato concreto para dar ese paso.
Así las cosas, se espera que los ministros de Exteriores avancen en la preparación de la cumbre del día después y continúen los debates "en marcha" desde hace días sobre la conveniencia de impulsar una operación militar en Libia, incluida la creación de una zona de exclusión aérea y otras posibilidades.
Fuentes diplomáticas europeas consideran que la discusión no está "madura" y que el foro más adecuado para discutirlo no es la UE, sino el Consejo de Seguridad de la ONU, y advierten de que deben participar interlocutores de la región, como la Liga Árabe o la Unión Africana.
Además, alertan del riesgo de que una operación militar de la comunidad internacional pueda ser entendida como una "injerencia de Occidente" en asuntos internos, lo que supone crear tensiones "inútilmente", y advierten de que cualquier decisión en este sentido necesitará un mandato de la ONU para evitar "consecuencias negativas añadidas". Incluso "muchos países" verían necesario "un gran apoyo político e incluso, (una implicación) más allá" de países de la región para dar tal paso.
Los esfuerzos de la Unión Europea se centran de momento en la repatriación de sus nacionales y en colaborar en las tareas de evacuación de los miles de desplazados que se agolpan en las fronteras de Libia con Túnez y Egipto, y que quieren volver a sus países de origen, en su mayoría egipcios. Otra prioridad es garantizar la llegada de ayuda humanitaria, alimentos y medicamentos, entre otros bienes de necesidad y la protección de la población.
"No hablamos de una operación militar, sino de dar apoyo con medios militares (como aviones y buques) a las tareas de evacuación y, quizá, a la ayuda humanitaria en el futuro", según recalcan las fuentes.
Los ministros también examinarán el apoyo a la transición democrática en Egipto y Túnez, así como "todas las posibles respuestas" ante nuevas crisis en países como Bahréin, Yemen u Omán, en donde ya se producen protestas sociales.
Un día después, los jefes de Estado y de Gobierno celebrarán un Consejo Europeo convocado de urgencia para abordar la crisis Libia, por eso fuentes diplomáticas recalcan que el encuentro de los titulares de Exteriores es un almuerzo "informal" y "breve" del que no saldrán decisiones, sino que servirá para preparar la Cumbre posterior.
Otan
Los ministros de Defensa de la OTAN analizarán, en presencia de Ashton, los recursos disponibles para atender "distintos escenarios" de intervención posibles, que van desde el apoyo a misiones de evacuación de ciudadanos hasta el suministro de ayuda humanitaria o la aplicación del embargo de armas autorizado por el Consejo de Seguridad de la ONU.
También discutirán qué recursos se necesitarían en caso de decretar una eventual zona de exclusión aérea sobre Libia, según han explicado diversas fuentes diplomáticas que no han querido "prejuzgar" ninguna decisión sobre una intervención final.
"Se trata sólo de planificación para determinar qué recursos habría disponibles para distintos escenarios", han explicado fuentes diplomáticas británicas. "Se trata de estar preparados para actuar rápidamente si se nos requiere", han precisado fuentes estadounidenses.
Las mismas fuentes han aclarado que hay distintas opciones para decretar una zona de exclusión aérea dependiendo, por ejemplo, de si la zona se aplicaría sólo a la costa libia o a determinadas zonas del país, a todo el territorio o a determinadas bases aéreas libias. Pero han reconocido que en todo caso la zona de exclusión aérea requeriría una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que lo autorizara.
"Es difícil imaginar una zona de exclusión aérea en territorio libio sin una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU", han reconocido fuentes diplomáticas británicas. "No hay ninguna versión de una zona de exclusión aérea que no entrañe riesgos militares", han insistido.
Decretar una zona de exclusión aérea requeriría "neutralizar" las defensas aéreas del régimen de Muamar Gadafi, lo que equivale a un ataque, según fuentes diplomáticas españolas que descartan que a priori se tomen decisiones en este sentido. "Necesitarían una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU", han recalcado.
"Podrían pedir una planificación más detallada", han agregado fuentes diplomáticas británicas que han reconocido que los medios actuales de la operación antiterrorista Libertad Duradera en el Mediterráneo no son "suficientes" para aplicar una zona de exclusión aérea sobre Libia y han insistido en que habría que "reforzarlos" porque se trata de una superficie mayor que la zona de exclusión aplicada en Irak tras su invasión de Kuwait o en el caso de Bosnia al inicio de la guerra de los Balcanes en los años 90. "Serían suficientes para realizar vigilancia", han admitido sin embargo.
Los Veintiocho aliados han llegado a "un consenso muy claro" en la última semana sobre que cualquier "intervención militar" de la OTAN debe guiarse por tres principios básicos como son constatar "una necesidad demostrable para una acción de la OTAN o internacional", "que existe una base legal clara" para intervenir -que será "diferente para distintas contingencias" de intervención contempladas- y que cualquier intervención "cuenta con un firme apoyo regional", según fuentes diplomáticas.
"Algo que es fuertemente contestado en la región no sería eficaz para una acción de la OTAN en la región", justifican las fuentes británicas consultadas, preguntadas por el rechazo a la presencia de tropas extranjeras en la región.
La OTAN no contempla en este sentido una intervención militar terrestre en Libia en cualquier caso. "No estamos hablando de una intervención terrestre por ahora", han recalcado fuentes diplomáticas estadounidenses.
Se espera que los aviones de patrulla y vigilancia AWACS desplegados en el sur del Mediterráneo en el marco de la operación antiterrorista aliada Active Endeavour (Libertad Duradera) comiencen a vigilar las 24 horas del día la situación en Libia desde este jueves 10 de marzo después de que los países aliados apoyaran la semana pasada elevar la vigilancia desde las actuales 10 a las 24 horas diarias, según han explicado fuentes diplomáticas estadounidenses.