El impulso europeo en el Consejo de Seguridad de la ONU a una pretendida condena a la represión Siria ha resultado un fracaso por culpa de las reticencias de Rusia, China y Líbano, aseguran fuentes diplomáticas. "No va a haber declaración", ha dicho uno de estos informantes a Reuters con la condición de mantener el anonimato.
Esta misma semana Reino Unido, Francia, Alemania y Portugal trasladaron a los otros 11 estados miembro un borrador de condena, en el que pedían al Gobierno sirio que mantuviera la contención en su actuación hacia los manifestantes. La embajadora de Estados Unidos en el Consejo, Susan Rice, apoyó la iniciativa de rechazo y aprovechó para acusar a Siria de buscar el apoyo de Irán.
Rusia y China --ambos con derecho a veto-- suelen ser críticos con las soluciones de intervención en los estados en conflicto, como en el caso de Libia. "Su tolerancia a los intentos estadounidenses y europeos por proteger a los civiles en Oriente Próximo parece haberse disipado", comenta otro diplomático.
Líbano, único miembro árabe actualmente en el Consejo, se sumó a estos dos países. Beirut mantiene una complicada relación con Damasco y las autoridades sirias siguen jugando una gran influencia en la política libanesa.
La reunión del miércoles era un segundo intento por aprobar la condena, después de la sesión del martes. La semana pasada el Consejo tampoco fue capaz de sacar adelante una declaración similar concerniente a Yemen.