Siete meses de negociaciones han dado su fruto. Lo 27 socios de la Unión Europea se han puesto de acuerdo para reformar el mercado eléctrico. Se trata de que precios sean más estables con contratos a largo plazo, fomentar la energía renovable y garantizar el suministro: "Nos permitirá descarbonizar nuestra economía y beneficiar a los ciudadanos", afirmaba Teresa Ribera, vicepresidenta para la Transición Ecológica en funciones.
Y tiene apoyo unánime: solo Hungría se ha descolgado. Para lograrlo han tenido que salvar el gran escollo de los contratos por diferencia. Son aquellos que fijan un precio entre consumidor y productor y es el Estado el que salva la diferencia. Para que Francia lo avalara, incluye a la nuclear entre las beneficiarias. Siempre y cuando esas plantas hayan acometido una inversión previa para alargar su vida útil. Y al crear pagos por capacidad a las térmicas, también lo ha secundado Alemania. "Será necesario mantener una capacidad de monitoreo, vigilar que las cosas funcionan correctamente", aseguraba Ribera. Además, los consumidores serán libres de elegir su proveedor y que estos ofrezcan contratos de precio fijo, así como de precio dinámico.
Ahora empieza la negociación con el Parlamento para fijar un texto definitivo que cambie el reglamento.
Puedes estar informado de las principales noticias de Castilla y León en nuestros perfiles de Facebook y Twitter