La crispación y la polarización son algunos de los factores que están propiciando el desinterés de los más jóvenes por la política. La brecha entre generaciones tampoco ayuda. Se trata de una parte de la sociedad heterogénea, y a la que, en ocasiones, es difícil llegar mediante los protocolos actuales de los partidos.

2023 es año electoral y muchos jóvenes votarán por primera vez. Sin embargo, se sienten olvidados por los líderes políticos, y eso fomenta su desinterés.

Álvaro Sánchez-García es investigador de Ciencia Política en la Universidad de Salamanca, habla sobre la desconexión existente de los electores más jóvenes con respecto a la política. 

Justifican que esta no es uno de los focos que más les interesa. Se conforman con lo que oyen o ven en televisión, y en seguida pierden el interés. 

A la generación Z ahora se le llama generación de cristal. Por ello, los políticos que principalmente son de edades superiores, no saben empatizar. Aunque la crispación y polarización actual tampoco ayuda a fomentarlo.

Si todo el debate político se centrase en la situación o en como puede haber una mejora sustancial de la calidad de vida de los jóvenes, podría haber un incremento en el interés. Una tarea pendiente que aún tienen los partidos, para terminar con el desapego de las generaciones futuras.

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