Las empresas que están asentadas en el medio rural son joyas que hay que cuidar. Generan empleo, dan vida a la zona en la que se ubican y se abastecen de materias primas de máxima calidad y de proximidad. Un ejemplo de todo esto lo tenemos en la empresa de embutidos Ballesteros. Una empresa con más de veinticinco años de historia que tiene en la localidad zamorana de Toro su centro de elaboración. Desde ahí salen los productos que después se comercializarán en las tiendas que tienen repartidas entre Valladolid, Salamanca, Zamora y Toro.
Conscientes de los cambios que el cliente exige, desde hace cuatro años pusieron en marcha una línea centrada en elaborar productos de cuarta gama y también en ofrecer todos los productos loncheados, y es que hoy hay que poner las cosas fáciles a un cliente que opta por unir calidad y comodidad en su cesta de la compra.