No quieren hablar del tema del autobús de Hazte Oír. Eligen no darle importancia. Son los padres de menores transexuales que viven en Castilla y León. Piden respeto para sus hijos y luchan por visibilizar y normalizar la transexualidad.
"Lo que no podemos hacer las familias es que por miedo al rechazo social nuestros hijos vivan mal, vivan tristes, vivan una doble vida o vivan escondidos", nos explica Raquel Ruíz, una de las madres que forma parte de la asociación Chrysallis.
El hijo de Raquel tenía clara su identidad desde pequeño. "Cuando el me decía: -mamá pero yo soy un niño- y yo le respondía -no cariño no eres un niño-, yo no pensaba que estaba negando su identidad, sino que le estaba educando."
Así fueron pasando los años hasta que llegó a la adolescencia y él quiso gritar al mundo que era un hombre. Hace dos años hicieron el tránsito social. Raquel nos cuenta en qué consiste: "La familia le le presenta al mundo con su verdadera identidad. Entonces fuimos al insituto y pedimos que se le tratase en masculino, no hubo ningún problema. Informamos también al entorno".
Una de las cuestiones más difíciles para las familias es identificar la situación. Por eso se reúnen una vez al mes en la asociación Chrysallis. Eduardo Gómez es el presidente." Las familias que van llegando nuevas necesitan comprender cosas que antes nosotros no comprendíamos y es un grupo de apoyo."
Son 15 familias de Castilla y León. Reivindican protocolos educativos, el poder cambiar facilmente el nombre de los menores transexuales, y sobretodo piden que nadie impida a sus hijos vivir con su verdadera identidad.