Castilla y León Televisión
A veces tenemos la sensación que ser fuerte tiene que ver con ser alguien muy racional. Sin embargo, todos somos racionales y fuertes en algunas ocasiones y débiles en otras. La fortaleza y la vulnerabilidad conviven en nosotros.
Una excesiva racionalidad puede hablar de una estrategia de supervivencia a un dolor emocional como la tristeza, el miedo o la ira. Si nos asusta conectar con estas emociones y las bloquemos perdemos la posibilidad de procesar correctamente estas emociones y puede pasarnos factura.
En otras ocasiones, las emociones que no podemos dominar nos llevan a hacer o decir cosas que no sentimos o de las que después nos podemos arrepentir. Las personas muy emocionales también están esclavizadas. En ocasiones, estas personas se pasan al otro extremo y desconectan de su experiencia emocional.
La verdadera fortaleza está ligada a la forma en que nos exponemos a la vulnerabilidad. Es la capacidad de encarar altibajos. Hay dos preguntas clave que nos ayudan a a lograr esa fortaleza.
Responder a:
- ¿Cómo me siento?
- ¿Qué necesito?
El cuidado y amor a uno mismo y a los demás y el compromiso para hacer lo que consideramos adecuado son los antídotos a la excesiva racionalidad y emotividad.