El número de consumidores que hace la compra de forma online aumentará un 65% en los próximos tres años. Un gesto cada vez más habitual, pero que, de momento, tan solo supone un 2% de la facturación del sector. Lo que más valoran quienes lo hacen es que la búsqueda sea fácil, la entrega rápida, que no cobren gastos de envío y, sobre todo, el ahorro de tiempo. Sin embargo, el contacto con el producto y la inmediatez hacen que la compra tradicional sea el método preferido por los castellanos y leoneses.

La frecuencia de las compras en el establecimiento es mucho mayor, pero la paradoja se encuentra en el dinero invertido. De media, los consumidores online se gastan 93 euros, mientras que en la tienda 76 euros.

La comodidad y la practicidad son sus dos principales ventajas, aunque es cierto que continúa teniendo detractores. A través de la pantalla se pierde el contacto, pero el nivel de satisfacción es el mismo.

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