El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no ha llegado a un acuerdo para emitir un comunicado de condena a la violenta represión de las manifestaciones democráticas por parte del régimen sirio, por lo que sus quince miembros se volverán a reunir este miércoles, según han informado fuentes diplomáticas.
Reino Unido, Francia, Alemania y Portugal han intentado convencer a los otros once integrantes de este órgano para elaborar un texto de condena al uso de la fuerza contra los manifestantes pacíficos, frente a la oposición de Rusia y China, miembros con derecho a veto.
Anteriormente, Moscú y Pekín han mostrado su disconformidad con la intervención militar en Libia, país sobre el que dicho órgano emitió una resolución instando a sus miembros a adoptar "todas las medidas necesarias" para proteger a la población civil.
Al parecer, la delegación libanesa también se ha opuesto a la redacción de este documento. Líbano, único miembro árabe del Consejo de Seguridad, mantiene unas tensas relaciones con Siria, que por su relación de vecindad tiene gran influencia en sus asuntos internos.
Así, parece difícil que todos los países del Consejo de Seguridad se pongan de acuerdo para emitir un comunicado conjunto, mientras que, por otra parte, han descartado ya la imposiciones de sanciones al régimen de Bashar al Assad, como demanda Estados Unidos.
Por su parte, la embajadora estadounidense ante la organización internacional, Susan Rice, ha insistido en que su país está barajando la posibilidad de imponer medidas punitivas a Siria por la represión de las revueltas.
"La brutal violencia usada por el Gobierno sirio contra su propio pueblo es aborrecible y deplorable", ha dicho la embajadora, a su salida de la reunión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad. Además, ha advertido de que este país estaría buscando el apoyo de Irán.