La pandemia ha resentido nuestra salud mental. Necesitamos y buscamos más apoyo y terapia con profesionales y esa necesidad de comunicarnos tiene una dificultad añadida cuando quien quiere hacerlo es una persona sorda. Los psicólogos de Castilla y León han empezado a aprender lengua de signos para conseguir que exista una interlocución directa e íntima con sus pacientes sin necesidad de intérpretes.
Las personas sordas se enfrentan a diario con la barrera de la comunicación. Un factor imprescindible si se trata de terapias. "Lo mejor es que el psicólogo sepa lengua de signos", comenta Amaia Martua, formadora de la Federación de personas sordas de Castilla y León (FAPSCL).
Comenta que ellos se apoyan en la figura del intérprete, pero echan en falta la intimidad entre paciente y profesional "A veces no recurso más adecuado porque no hay comunicación directa", añade. Por este motivo, el Colegio de Psicólogos de Castilla y León (COPCyL) y la FAPSCL han lanzado una formación para estos profesionales. "El objetivo es poder dar una asistencia psicológica en condiciones necesitaremos mucho tiempo", dice Nieves Andrés, psicóloga de COPCyL.
La pandemia, un paso atrás en la comunicación
Además, Luis Alberto Redondo, presidente de la Federación, nos explica que no solo se trata de aprender el alfabeto dactilológico. "Es necesario que a través del curso no conozcan solo la lengua sino también comportamiento", concluye. También recuerdan que la pandemia ha afectado de lleno a las personas sordas, dicen que las mascarillas y el aislamiento general han sido un retroceso gigante.
Castilla y León cuenta con casi 13.000 personas sordas. Este colectivo lanza un mensaje a todos los profesionales sanitarios para que se animen a entrar el mundo del silencio.