Ya han perdido la temporada de verano, lo que es para los feriantes como un año de trabajo. Temen que estos meses les espere una larga travesía por el desierto. Amarga la profesión de feriante en tiempos de la COVID-19, más aún por el carácter familiar de muchos de estos negocios.
Un ejemplo de ello es el de la familia Ribado que sigue poniendo a punto sus atracciones. Esperan sacarlas a flote esta Navidad. Aparcaron sus camiones en 2019 y desde entonces no los han vuelto a arrancar. Otros como Miguel Fuentes no tienen dónde guardar sus remolques y directamente viven en ellos.
En Castilla y León se destinarán dos millos de euros a feriantes y orquestas. Eso sí, con condiciones. "Ese dinero que te dan es para pagar autónomos, para qué queremos pagar autónomos si no podemos salir", asegura Ángel Gutiérrez, Presidente Unión de Industriales Feriantes de España.
Ángel sube las lonas de su taquilla para CyLTV . No pierde la esperanza de poder hacerlo con el resto de sus barracas esta Navidad.