Cuándo la improvisación sale cara. Sin contar con el sector, sin calcular las consecuencias y con excusas como la especulación el Gobierno central se sacó de la manga hace ocho meses un registro de preasignación eólica que tiene abandonados a su suerte en Castilla y León 29 parques.
No son ilegales, tienen todas las licencias pero el ejecutivo decidió que ya había energía eólica suficiente al menos hasta 2013. Frenazo incompresible, irracional y dando palos de ciego. Es necesario regular el sector pero con más previsión. Paralizados están 500 millones de euros y más de 3000 empleos.