Europa ha puesto la lupa sobre los motores de combustión. Quiere que en 2040 camiones y autobuses reduzcan sus emisiones casi en su totalidad. Transportistas y fabricantes no acaban de ver factible que esto llegue a materializarse y piden incentivos para apostar por el cambio.
Los vehículos pesados son responsables de una cuarta parte de los gases de efecto invernadero y la Comisión Europea quiere que prácticamente eliminen sus emisiones. "O mucho cambian las cosas o francamente con la tecnología que hay lo vemos imposible, ni bien ni mal. Imposible", asegura Óscar Baños, vicepresidente de Conetrans.
La Comisión Europea quiere aumentar progresivamente la flota de cero emisiones, de manera que en 2040 los nuevos camiones y autobuses contaminen un 90% menos. Pero no confirma de si los nuevos motores deberán ser eléctricos o de hidrógeno. Ahora mismo España todavía no tiene suficiente infraestructura de alta potencia de carga y el resto de tecnologías no está demasiado desarrollado.
"Hay tiempo para cambiar la cadena de combustión, pero siempre que dejen unos plazos. Esto no es fabricar un móvil que puedes cambiar la línea de un día para otro", afirma Félix García, director de Comunicación de ANFAC, Asociación Española de Fabricantes de Automóviles.
Por eso piden certezas ante las sucesivas propuestas europeas que llegan a hasta contradecirse: "No se compra todos los días un camión, por eso necesitamos seguridad jurídica. Si tenemos que caminar hacia las cero emisiones, caminamos. Pero no con una hoja de ruta que nos ponga piedras en el camino", lamenta.
De momento es una propuesta que tendrá que contar con el visto bueno de la Eurocámara.
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