Cuando uno se para a hablar con Nayara Pineda, lo que más le sorprende es la naturalidad con la que se expresa. Su explosión ha sido reciente, fruto del trabajo que lleva haciendo desde hace años. Un sacrificio que ahora la lleva a Doha, a disfrutar de su primer Mundial absoluto de natación, con apenas 15 años.
"La gente te mete más presión de la que, a lo mejor, debería, pero voy mentalizada de lo que puedo hacer y no", explica tras su entrenamiento en la piscina de Laguna de Duero, Valladolid, en la que pasa hasta 24 horas a la semana.
Su sonrisa se transforma en ambición en cuanto se mete al agua. No tiene miedo a competir con las ‘mayores’; todo lo contrario: se lo toma como un reto y un aprendizaje. Porque en su cabeza está esa máxima: disfrutar de cada una de las experiencias que va viviendo.
Félix Silva, su entrenador, es la otra pata de su éxito. "Cada vez que se tira disfruto viéndola", reconoce, a la vez que explica la magnitud de su éxito. Una de las últimas españolas que participó en un Mundial siendo tan joven fue Mireia Belmonte, que con 17 años tuvo su primera experiencia de este tipo en Reino Unido.
El esfuerzo podría tener, además, premio en forma de billete para los Juegos Olímpicos de París. La mínima "no es imposible", pero sí es complicado rebajar unos tiempos cada vez más exigentes. Si no se consigue, seguirá intentándolo. Porque el éxito de Nayara es la naturalidad con la que sigue derribando muros pese a su corta edad.
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