A partir de ahora, las largas facturas de teléfono con llamadas internacionales vacían algo menos la cuenta corriente. El techo de coste de la itinerancia, la comunicación telefónica de un país a otro, se reduce de los 43 céntimos por minuto a 39 céntimos a la hora de llamar y a 15 céntimos para recibir llamadas desde el extranjero, desde los 29 céntimos por minuto que costaba hasta ahora descolgar el teléfono fuera de las fronteras nacionales.
Se trata de parte de las disposiciones de una directiva del Parlamento Europeo que se aplica de manera escalonada y que entre otras cosas ha conseguido reducir el precio de las llamadas de un país a otro un 70% en los últimos cinco años.