Cada año, la universidad de Valladolid solicita alrededor de 15 patentes nacionales y una decena internacionales. Llevan ocho años entre las diez instituciones que más solicitudes hacen, entre universidades o empresas, a nivel nacional. Sólo la superan las politécnicas de Cataluña, Valencia o Madrid

"Lo que intentamos es que los resultados generados en la Universidad lleguen a las empresas y a la sociedad. Y eso es lo más difícil de conseguir, que los resultados de nuestros investigadores lleguen a comercializarse", asegura José Luis Velasco, responsable de la unidad de patentes de la Universidad de Valladolid.

Las universidades reclaman que se aproveche su potencial investigador. "Querríamos que fuera mucho más, porque tenemos que ser responsables, nosotros los primeros que tenemos que buscar esa transferencia de resultados y es el objetivo de la universidad pública, pero a veces es complicado porque no tenemos el modelo de, por ejemplo, las universidades privadas americanas. Eso es otro mundo, las europeas tienen otras particularidades", afirma.

Porque sacar rendimiento a ese esfuerzo se convierte en toda una cruzada. "A veces me preguntan por el retorno o royalties. Simplemente con firmar alguna licencia con retorno para nosotros es gran éxito, porque es complicado, nosotros no estamos dirigidos a ser una gran empresa que saca licencias y enseguida las comercializa".

Y cuando se logra suele ser fuera de nuestras fronteras porque muchos departamentos de I+D+i de las empresas no suelen estar ni siquiera en España, aunque entre las paredes de la universidad han surgido empresas que también utilizan esas patentes y licencias.

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