Hay enfermos que si se sienten bien abandonan la medicación o pacientes que se olvidan de tomar la pastilla de antes de comer. Trastornos en el tratamiento que, según la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, provocan 18.400 muertes prematuras y 11.000 millones de euros al año en gastos debido a ingresos hospitalarios, visitas a urgencias o al médico.
Nadie mejor para explicar cómo es el día a día de un enfermo crónico que Carlos Carretero. El parkinson, desde hace 13 años, le obliga a tomarse hasta once pastillas diarias para controlar la enfermedad. Carlos no se rige por un reloj, si no por el sentido común y su propio cuerpo, que es quien le avisa de cuándo tiene que tomar la siguiente pastilla.
Pero no todos los pacientes actúan así. Sobre todo los que tienen enfermedades que les impiden valerse por sí mismos y necesitan la ayuda de algún familiar. Para ellos, como para el resto, es vital seguir escrupulosamente el tratamiento.
En las farmacias de Valladolid han puesto en marcha una experiencia piloto. De momento está en fase de desarrollo pero ya se han comprobado las ventajas. Se trata de poner a disposición del paciente un blíster que organiza en días y horas la medicación que el enfermo debe tomar. Es el farmacéutico quien distribuye y organiza en el blíster esos medicamentos.
En el País Vasco ya se utiliza este método que no tiene ningún coste para el enfermo si se lo prescribe su médico. Si no es ese el caso, su coste es de aproximadamente 5 euros por envase.