En Siria, las fuerzas de seguridad podrían haber matado a más de 20 personas en Damasco y Deerá. Basahr Al Assad ha dado un paso más en sus represión y ha enviado tanques contra su pueblo, los blindados han acompañado a los batallones de infanteria que han entrado en las ciudades .

A Bashar al Assad ya no le basta con la policía para reprimir las manifestaciones. Tanques han penetrado en la ciudad de Deerá y según se escucha en un vídeo grabado por uno de sus habitantes han abierto fuego en su interior.

Con ellos han entrado 3.000 soldados que se han unido a los agentes de policía en la represión del régimen. Según Al Jazeera, algunos testigos hablan más de una de cadáveres apilados junto a una mezquita de su casco antiguo.

El Gobierno pretende que Deerá se convierta en una ratonera de la que no puedan escapar sus detractores. Además del sitio a la que le somete el Ejército, ha cerrado los pasos fronterizos con la cercana Jordania, cortando la principal vía de huída.

Mientras los carros de combates tratan de aplastar la revuelta en el sur, en Damasco, la capital, son las ametralladoras de la infantería las que acallan las protestas. Han disparado indiscriminadamente contra una muchedumbre que se manifestaba en uno de sus suburbios. Se habla de varios civiles muertos y decenas de detenidos. El destino de éstos últimos puede ser el mismo que el del centenar de opositores detenidos en los progromos nocturnos ordenados por el presidente desde el sábado. Continúa así uin intento de sofocar la revuelta por medio del terror que se ha cobrado más de trescientas vidas.