El precio de los forrajes está disparado, el de los piensos apenas desciende y el de la paja empieza a parecerse al que precio al que cotizan en este momento los cereales. Que esto ocurra tiene una explicación: el contexto geopolítico y el climatológico. El problema es que, como dice Francisco Javier, “solo asume sus consecuencias el sector productor”.
Él, junto a su hermano, gestiona una granja de vacuno de leche en la localidad salmantina de Paradinas de San Juan. Su vida son sus vacas, pero afirma que la situación es límite y que para mantenerse hay que hacer muchas cuentas y hacer auténticos malabares. El mensaje que quiere dejar claro es que “todo el mundo come” y que, o se empieza a cuidar al sector primario, o la alimentación empezará a peligrar.
Sus palabras son un reflejo de los motivos por los que el sector agrario está saliendo a la calle y haciendo manifestaciones.