Blanca y su familia han acogido a la pequeña Miro y a su madre. Llegaron a Ávila después de 22 días de viaje desde Ucrania. Miroslava Sivolainen tiene nueve años y no habla casi nada de castellano, pero sobre el tapiz el lenguaje de la gimnasia rítmica es universal. Utilizan el traductor del móvil de manera continua aunque cuando coge los aparatos se expresa por si misma con una bondad y sonrisa que traspasa la mascarilla.

Su personalidad que ha conquistado a sus compañeras y entrenadoras del club Abula Gy, en Ávila. Su padre y abuela, con la que entrenaba, se quedaron en su ciudad, que hace frontera con Rusia. Solo ha viajado con su madre.

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