Pasamos años aprendiendo inglés para que a la hora de la verdad nos dé vergüenza entablar una conversación, resolver una duda o desenvolvernos en el extranjero.
"Tenemos la maldita manía de traducir y hasta que no tenemos la frase perfecta no sale, con lo cual la fluidez de la conversación es cero. Es cuestión de atreverse, no hace falta hablar como la reina de Inglaterra", expresa la directora de la academia Idiomas Santa Ana, una de las pioneras en Valladolid.
Eso debería ser lo habitual, sobre todo después de pasar 10 años de media aprendiendo hablar un idioma que se nos sigue atragantando. Pero ¿por qué?
Una de las razones es que nos enseñan más teoría (gramática) que práctica (conversación). "Las academias existen porque el sistema educativo no funciona bien. Se pasan años enseñando lo mismo y enseñándolo mal. No se puede pasar una hora y media de clase haciendo ejercicios de gramática", añade la experta.
El cambio en los planes de estudio es fundamental, asegura. Desde la academia bromean que gracias a eso ellos tienen negocio, pero señalan que los alumnos les llegan cada vez con más nivel y que en el colegio se aburren.
El doblaje de las películas o el predominio del castellano también son otros de los factores que nos llevan a esta situación. Escenario que poco a poco va cambiando entre las nuevas generaciones.
Luego están los certificados oficiales, para eso sí nos esforzamos porque nos pueden abrir puertas laborales. Aunque recuerdan los expertos que los títulos no caducan, pero el nivel se oxida.
A nivel internacional, entre los miembros de la Unión Europea, España se sitúa en la penúltima posición. Solo el 22% de los españoles reconoce dominar el inglés, tan solo superando a Hungría.
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