Enma llega a su trabajo, ese oficio al que se dedica hace más de 20 años. Ha realizado miles de llamadas pero la coraza creada por la veterania no ha sido suficiente para no derrumbarse emocionalmente.
Impotencia, frustración, tensión. Son las emociones con las que conviven. Consejera, médico, roles que ha asumido via telefónica. Su intuición ha sido clave para saber leer entre líneas porque los mayores tenían miedo a ir al hospital, sabían que era un viaje de ida hacia la más profunda soledad.
Elena está aislada del resto de sus compañeros por sus patologías. Aún así sigue trabajando. Nos dice que estar en primera línea ayudando a los demás, es altamente gratificante.
Han escuchado centenares de historias, de problemas, de amargas vivencias. Su voz cercana y familiar significa para algunos su única conversación, para otros su única compañía.