Se respiraba un ambiente de vísperas. Parecía que llegaba. Parecía que un nuevo Viernes de Dolores inundaba Valladolid, pero la realidad nos alejaba de unos cuantos meses hasta llegar a ese momento. Desde el jueves hasta el domingo, la capital vallisoletana acogió a cerca de 900 jóvenes cofrades que llegaron de todos los puntos del país. Han sido cuatro días intensos y llenos de sabor cofrade donde cientos de personas, unidas por una misma pasión, han convivido y compartido experiencias, momentos irrepetibles y cariño a raudales.
El sábado, la salida de la Dolorosa de la corporación de la Vera Cruz hacía de antesala para el día grande. El domingo, cientos de personas se agolpaban a las puertas catedralicias para esperar la salida de la patrona de la ciudad. La Virgen de San Lorenzo ha ido acompañada de otras imágenes señeras como San Pedro Regalado o la Virgen del Carmen de Extramuros. Castilla y León ha servido como escaparate idóneo para dar a conocer su patrimonio artístico y también humano. El año que viene será el turno de Ceuta. La ciudad autónoma ha sido la elegida para celebrar el IX Congreso Nacional de Jóvenes Cofrades.