Hay victorias cuyo valor va más allá de los puntos que añades al casillero, triunfos que dejan un poso, un valor añadido. Una de esas victorias es la que logró ayer un Bidasoa que, sin ser brillante, tuvo oficio para sacar adelante un partido trabado, con demasiados errores e imprecisiones, pero que le insufla toneladas de tranquilidad antes de afrontar el la visita al Sinfin en otro de esos encuentros en el que se ponen en juego algo más que dos puntos.
En el tramo final, Moscariello hizo el 23-23 a tres minutos del final y, tras un error de Crowley desde el extremo y una falta de ataque de Adrián Fernández, Cuétara pidió tiempo muerto para diseñar un último ataque a 1’20’’ del final. Cristian Martínez marcó a 48 segundos de la conclusión y, tras una parada de Dejanovic y un blocaje a Nantes, el Bidasoa amarró una victoria fundamental en el día que regresó a las canchas Jon Vázquez tras casi ocho meses en el dique seco.
24.- Bidasoa-Irún: Dejanovic, Crowley (1), Nonó (6), Azkue, Borrágan (4, 3 de pen.), Popovic, Odriozola (3) -siete inicial- Zubiria, Beltza, Cavero, Vázquez, Lancina (3), Muiña (2), Cristian Martinez (2), Basaric (3).
23.- Villa de Aranda: Ledó, Adrián (3), Moscariello (4), Bonaventure (3, 1 de pen.), Nantes (5), Iker Antonio (2), Roberto Sánchez (1) -siete inicial- Amerigo, Moyano (3, 1 de pen.), Bojinic, Peter, Megias (2), Gonçalves de Lima, Torres, García Pascual.
Marcadores cada cinco minutos: 3-1; 4-4; 6-8; 8-9; 10-10; 11-11- descanso- 14-13; 16-16; 18-17; 19-19; 22-22; 24-23.
Árbitros: Peñaranda y Yagüe. Excluyeron a Popovic, Cristian Martínez y Moscariello.
Incidencias: 1.200 espectadores en el pabellón Artaleku