La necrópolis de Ulaca, en el término municipal abulense de Solosancho, se encuentra en el gran perímetro del incendio de Navalacruz, donde la milenaria piedra ha resistido al fuego en un entorno donde toda la vegetación se ha convertido en tonos negros y grises por culpa de las llamas.
El fuego ha calcinado desde el sábado más de 22.000 hectáreas de la provincia de Ávila, según el sistema satelital Copernicus, entre las que se encuentra este espacio situado a 20 kilómetros de Ávila capital en un cerro a 1.500 metros de altitud.
El castro, que data de la Edad del Hierro, es la necrópolis vettona más importante y uno de los asentamientos célticos más relevantes de Europa.
Tras el paso del fuego, las rocas no se han visto dañadas, al menos "los grandes hitos" del lugar, que son los monumentos rupestres más emblemáticos, como el altar, la sauna y el torreón, que se encuentra en proceso de excavación y cuyos trabajos de este año acabaron hace unas semanas, según ha explicado el arqueólogo Juan Pablo López, responsable de Terra Levis y MASAV (Museo Abierto de las Sierras de Ávila y Valle Amblés).
"La cubierta vegetal de la zona ha quedado eliminado en toda su extensión, lo que supone un peligro para los restos, que es la sobreexposición al expolio y a la erosión", ha indicado.
"Muchas veces de la desgracia hay que buscar la oportunidad, que está en hacer una documentación rigurosa de todas las estructuras existentes y unas buenas planimetrías para que, dentro de lo que cabe, minimizar los daños", ha explicado.
López propone llevar a cabo "medidas urgentes orientadas a la conservación de ese patrimonio y a la restauración de la infraestructura turística de toda la sierra", que tiene en el turismo un importante generador de ingresos.