Los jóvenes ya no solo se van al extranjero para hacer Bachillerato. Cada vez son más las familias que deciden enviar a sus hijos a otros países para que estudien la ESO.

Candela se ha acostumbrado a ver a sus padres a través de una pantalla. Está estudiando cuarto de la ESO en Irlanda. "Te enseñan a hacer muchas cosas prácticas. Tenemos un montón de talleres, nos enseñan como distintos trabajos para que probemos antes de elegir las ramas por la que quieres ir", asegura la joven.

Sus padres: Pablo y Estela, fueron quienes la animaron a irse a estudiar a otro país durante un curso. "Hoy por hoy, es absolutamente imprescindible para cualquier tarea, no solo profesional, sino en cualquier ámbito de la vida poder dominar inglés". "A nivel personal los niños crecen. Nosotros hemos estado hace poco con ella y la hemos visto muy cambiada, y eso que lleva dos meses y poco", afirman los progenitores de Candela.

Ambos fueron asesorados por los responsables de Idiomas Watson. En su academia tienen programas de estudios en el extranjero. "El hecho de que vayas un curso entero al extranjero a esas edades aporta muchísimas cosas en tu vida. Realmente, yo creo que existe como un antes y después", asegura Zhinuzh Watson, directora del centro.

Esta experiencia es una forma de que los jóvenes aprenden a ver el mundo con otros ojos, mejoren su capacidad de sociabilizar y descubran otras culturas.

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