"Tránsfuga" es una de la palabras más utilizadas estos días de mociones de censura en la política española. La mayor parte de grupos políticos dejaron claro su definición en la última modificación del Pacto Antitransfuguismo: "son tránsfugas quienes traicionado al sujeto político que los presentó a las elecciones, hayan abandonado, sido expulsados o se aparten del criterio fijado por sus órganos competentes". Un acuerdo que firmaron casi todos los partidos con representación en el Congreso de los Diputados, excepto Vox, EH Bildu y algunas formaciones minoritarias. Con este pacto los partidos buscan mantener la unidad y la cohesión pero dependen de la ética de cada uno de sus cargos electos. Por en España. el acta de cargos públicos es personal. Por eso podrán ser expedientados o expulsados de las siglas con las que accedieron al puesto, pero no obligarles a dejar el cargo. "El pacto tiene una base ética que se puede romper en cualquier momento", explica Manuel Alcántara, catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Salamanca. "No es solo una cuestión de salirse del partido, si no de beneficiar a un tercero", añade Alcántara para aclarar la definición de transfuguismo.
Así, los exdiputados de Ciudadanos ahora nuevos consejeros del gobierno de Murcia son tránsfugas, y también lo sería cualquier procurador en las Cortes de Castilla y León que el lunes se apartara del voto marcado por su partido en la moción de censura. "Serían tránsfugas sin duda alguna", afirma con rotundidad el profesor Alcántara.
Este fenómeno ha existido en toda la historia democrática española. En Castilla y León uno de los primeros casos se produjo en 1991 cuando un tránsfuga del PP, José Davila, fue elegido presidente de la Diputación de Salamanca con votos de PSOE y UCD. En el Ayuntamiento de León, Mario Amivilia le arrebó el bastón de mando a Francico Fernández respaldado por dos ex ediles de UPL. O en Ponferrada, cuando Samuel Folgueral logra la alcaldía abandonando el PSOE y con el apoyo del codenado por acoso sexual Ismael Álvarez. Otros ejemplos los encontramos en dos localidades salmantinas, Saucelle e Itero de Azaba. En ambos casos, en 2009 la Comisión de Seguimiento del Pacto Antitrasfuguismo calificó de tránsfugas los movimientos que entonces cambiaron sus equipos de gobierno.
Aun así desde 2014, con entrada de nuevos partidos, el fenómeno crece porque "son partidos políticos tremendamente primero personalistas y partidos políticos que tienen una estructura organizativa extremadamente débil", explica Alcántara. Entre los casos más recientes está Zaratán, en Valladolid, donde Vox ha abierto expediente a su concejala en el consistorio por apoyar la moción de censura que ha dado la alcaldía al PP contra el criterio del partido. También en el Ayuntamiento de Ardón, en la provincia de León. Allí, una concejala de UPL se saltó las órdenes de su formación y posibilitó que triunfar una moción de censura contra un alcalde socialista.