Vivir en un enclave medieval rodeado de cultura no siempre trae beneficios. Los pocos más de 225 vecinos de Urueña lo conocen muy bien. La localidad vallisoletana, sede de la Villa del Libro, ha sido una de las que acaban de ver revisado su valor catastral y debido a ello, el coste de la contribución se ha disparado.
El punto de partida anterior era muy bajo, con casos donde el Impuesto de Bienes Inmuebles apenas llegaba a los 30 euros. Sin embargo, la actualización ha llevado a algunas personas a tener que pagar hasta 900 euros, un aumento "totalmente desorbitado" como han asegurado a Castilla y León Televisión algunos vecinos.
Este incremento ha levantado la voz de alarma en la zona, especialmente si se compara con otras localidades de la comunidad que, como Urueña, no revisaban su catastro desde 1990. En todas ellas el valor medio ha subido pero nunca en los términos de la villa medieval donde esta cifra se ha multiplicado por diez.
El panorama se complica aún más si se tiene en cuenta que sobre ese valor catastral, que ha pasado de 3.832 euros en 1990 a 38.818 de cara a 2011, hay que aplicar un gravamen para calcular el IBI. En el caso del Ayuntamiento de Urueña este dato alcanza el 0,85, que no es precisamente de los más bajos de la región.
La situación ha provocado un gran revuelo en el pueblo, a pesar de que todavía las notificaciones no han llegado a todos los hogares. Ante ello, el alcalde tiene previsto reunirse este jueves con responsables del Catastro para analizar si son posibles modificaciones posteriores.