SEMANA SANTA 2011

El Santo Entierro revive la muerte de Cristo a los pies de la catedral de Burgos

  • Cientos de personas se acercaron para contemplar el traslado
  • Abarrotaron la plaza de Santa María
  • Después arrancó la procesión magna, con 17 pasos

L. Sierra / ICAL

La procesión del Santo Entierro llenó un año más de gente y de silencio las calles de la capital burgalesa. Como cada Viernes Santo, todas las cofradías de la ciudad salieron acompañadas por sus respectivas bandas de tambores y cornetas, para desfilar al lado de sus tallas en una jornada de luto, tal y como marca el calendario de la Semana Santa. Pese a las inclemencias climatológicas, fueron miles las personas que acompañaron a los cofrades y mantuvieron el fervor en la que suele ser la procesión más multitudinaria de cuantas se celebran en la capital y una de las de mayor duración.

El Cristo Yacente fue trasladado a hombros de seis cofrades de la Hermandad del Santo Sepulcro, y acompañado por 33 miembros de la misma, desde la Capilla del Corpus Christi de la catedral hasta la plaza de Santa María, tras pasar por el claustro y la nave central del templo. En la salida, una comitiva formada por las autoridades eclesiásticas y civiles fueron testigos de uno de los momentos de mayor significado. Ante una abarrotada plaza, la imagen del Cristo fue depositada en el interior de una urna de cristal, el Santo Sepulcro, que minutos después recorrió junto al resto de pasos las calles de la ciudad.

El traslado del Cristo Yacente es uno de los actos más curiosos de cuantos se realizan en la Semana Santa burgalesa. Hace ahora 13 años desde que la talla se introduce en los exteriores del templo. Antes el traslado se producía en el interior, pero se quiso sacar fuera para que el público participase de uno de los momentos de mayor emoción de las celebraciones. El público y los ciudadanos participan de este modo en este acto que deja en absoluto silencio por unos minutos uno de los puntos más concurridos de la ciudad.

Concluido el traslado del cuerpo inerte de Cristo, que simboliza la muerte del Hijo de Dios, arrancó la procesión magna, puesto que el Santo Entierro reúne a cuantas tallas y pasos hay en la capital.

En total, 17 pasos compuestos por: La Oración del Huerto, El Prendimiento, la Flagelación del Señor, Jesús Atado a la Columna, Santo Sudario, la Coronación de Espinas, Nuestra Señora del Amor Hermoso, Nuestra Señora de los Dolores, La Crucifixión del Señor, Cristo Negro, Cruces-Faroles de las Siete Palabras, Cristo de San Esteban de los Olmos, El Descendimiento, Nuestra Señora de la Misericordia y la Esperanza, Nuestra señora de la Soledad.

Algunas de las tallas que salieron a la calle lo llevan haciendo desde hace siglos, puesto que fueron labradas por artesanos de otras épocas. Este es el caso de la imagen de Jesús atado a la Columna, obra del artista Gil de Siloé, que talló el paso en el siglo XV. Del mismo modo, la imagen de Nuestra Señora de los Dolores, atribuida a Gregorio Fernández, es de mediados del siglo XVII.

Otras como Nuestra Señora de la Misericordia y la Esperanza fueron labradas en 2004, mientras que las principales se corresponden con trabajos iniciados el los albores del siglo XX.