TECNOLOGÍA

Un proyecto de la Universidad de Valladolid quiere dar oxígeno al comercio local

Gracias a las nuevas tecnologías están recopilando información que los locales pueden utilizar para mejorar sus ventas

Lidia Corral

Son muchas las calles del corazón de nuestras ciudades que se están quedando sin comercios. Negocios de barrio que van echando el cierre por jubilación, o porque no pueden competir con el comercio online o las franquicias. Ahora una aplicación creada por la Universidad de Valladolid busca frenar esta sangría.

El comercio local, el de toda la vida, no atraviesa un buen momento. Por eso, la Cátedra de Innovación para el Comercio, dependiente de la Facultad de Comercio de la Universidad de Valladolid, quiere dar oxígeno a los locales de nuestro barrio. Para poner negro sobre blanco han creado una aplicación cuyo objetivo es darles las herramientas para que puedan competir en el mismo mercado que grandes centros comerciales. Al fin y al cabo, no dejan de ser uno al aire libre.

El proyecto se divide en dos partes. La primera mide la afluencia de personas por la calle. Se valen de nodos telefónicos que medir los teléfonos que hay cerca. No identifica personas, sino teléfonos que pasan. Un conteo exacto que les permite saber las horas y los días más exitosos. "Esto nos permite optimizar el horario comercial porque además hemos comprobado que no son fijos, podrían ir adaptándose según la época del año. Y también hemos visto que abrir un domingo no siempre es rentable", asegura José Antonio Salvador Insúa, decano de la Facultad de Comercio de la Universidad de Valladolid. Y con estos datos también saben las zonas más potentes. Hay diferencias entre el inicio y el final de una misma calle comercial. Algo que puede ser determinante para quien quiera abrir un nuevo negocio.

Es completamente anónimo, pero la segunda parte del proyecto permite perfilar a los clientes: al finalizar su compra pueden rellenar un cuestionario con el que se analiza el sexo, edad, gasto que ha hecho, medio de pago o el medio de transporte que ha utilizado para llegar al comercio. "Esto puede ser muy útil para determinar las zonas de bajas emisiones, por ejemplo", afirma Insúa.

Esta herramienta está probándose en Palencia y Valladolid, y próximamente llegará a Madrid.

Pero además, esta Cátedra ha ido un paso más allá. Ha recopilado la información de todos los locales de Valladolid: si están abiertos o cerrados, qué tipo de negocio ostenta, si tiene página web, o redes sociales... un análisis que no tienen en ningún sitio de Europa.

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