Son muchos los que dicen que agronómicamente este año es similar a la cosecha del 2017, sin embargo, en aquella ocasión los costes de producción fueron mucho más moderados. Este año ya ha sido calificado como el año en el que los insumos alcanzaron cifras récord, con lo que alcanzar la rentabilidad esta vez será imposible, sobre todo si tenemos en cuenta que debido a la climatología los rendimientos se quedarán muy lejos de las medias con las que las cuentas serían positivas a ojos del agricultor.
Descienden los rendimientos, la cosecha se complica por culpa de la humedad que las parcelas registraron durante el mes de junio, pero a cambio el punto positivo lo encontramos en el peso específico que presenta el grano, un aspecto que es el único que se salva.
La campaña 2022/2023 finalizará en Castilla y León durante las próximas semanas y ya puede confirmarse que se recordará como un año en el que los costes de producción alcanzaron cifras históricas, en las que las condiciones meteorológicas no ayudaron y en la que los precios poco a poco fueron descendiendo.
Con este escenario el agricultor de cara a la próxima sementera tiene que afilar muy bien el lápiz, hacer cuentas y pensar al detalle cada decisión que vaya a tomar.