Un estudio realizado por la Agencia Gallup Internacional y publicado por ABC constata que la opinión de los españoles sobre la energía nuclear apenas ha variado tras el desastre de Fukushima. Es más, se han radicalizado las posturas a favor y en contra dos puntos. Aún así, en la calle sigue ganando el no a las centrales nucleares. Se basa en más de 500 entrevistas a mayores de edad y el resultado es evidente: nuestra opinión sobre la energía nuclear no ha cambiado tras el desastre en Japón.

Es más. Si antes del terremoto un 38% estaba a favor de la energía nuclear y un 42% en contra, después del seísmo se han incrementado 2 puntos las posturas. Ahora un 40,6 dice sí y un 44,2% por ciento, no.

El estudio deja claro que las opiniones están, en muchos casos, vinculadas con la ideología política. 6 de cada 10 votantes socialistas se muestran contrarios al uso de la energía atómica, mientras que entre los militantes populares un 66% la defienden.

La coherencia de la calle contrasta con el uso político de nuestros dirigentes. Un buen ejemplo de esos vaivenes es la canciller alema Angela Merkel, que ha reconocido haber sido una defensora de las nucleares hasta el terremoto de Japón y apuesta por "repensar" el modelo energético nacional.