Ya saben la fecha del duelo y ambos afilan sus espadas electorales. Para ello, el PSOE ha comenzado ya a desplegar una campaña a imitación de las estrategias políticas estadounidenses, como vimos en el primer discurso de Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato.

El que hasta hace nada era la cara más visible del Gobierno, concurre con un programa mucho más a la izquierda del Ejecutivo que deja. Ya ha desgranado algunas de sus propuestas, como una tasa a las transacciones bancarias o la rectificación parcial de algunas medidas de Rodríguez Zapatero como el impuesto de patrimonio.

Por su parte, Mariano Rajoy hasta el momento desarrolla un plan visualmente más sosegado. Consiste en una apretada agenda de encuentros con colectivos de todo el país. Como ya ha ido avanzando, su programa se centrará en la austeridad.

Entre sus propuestas se encuentran la supresión de las duplicidades de competencias en las administraciones y facilitar la creación de empresas y por ende de empleo. Para ello plantea eliminar los controles previos a la apertura de negocios y facilitar el crédito a pymes.

Con estas armas Rajoy y Rubalcaba afrontan un desafío en las urnas en el que en un principio, y según las encuestas, el campo de batalla se centra en cuánta diferencia obtendrá el Partido Popular sobre los socialistas.