La tercera ciudad más grande de Australia es ahora un charco inmenso en el que están los hogares de dos millones de personas en la región de Queensland. El agua ha invadido Brisbane traída por las mayores inundaciones del último siglo en la potencia de Oceanía. Su río ya no respeta sus márgenes habituales y su caudal ha crecido más de cuatro metros y medio. Se espera que todavía aumente un metro más.
Miles de sus habitantes han tenido que ser evacuados, muchos de ellos de madrugada y a toda prisa. Les han instalado en refugios provisionales en los que tendrán que pasar aún bastantes días.
Aún quedan 'días oscuros'
Así se lo ha recordado la primera ministra australiana, Julia Gillard, quien ha señalado que "Queensland ya se ha enfrentado a días oscuros, hay días aún más oscuros por llegar". "Australia permanece a vuestro lado, trabajando por Queensland para ayudarle en esta crisis", ha anunciado en un nuevo llamamiento a la solidaridad nacional, "lo haremos hombro con hombro no sólo en los próximos días, sino también durante meses hasta que acabe su reconstrucción y recuperación".
Al menos 16 muertos
El ejército lleva días movilizado para rescatar a todo el que puede en unas trombas que ya han sumergido 16 vidas y que han precipitado la catástrofe en la ciénaga en la que se ha convertido el noroeste del territorio aussie. Sólo en la ciudad de Brisbane se estima que 45.000 personas pueden perder sus casas.