En España no hay suficientes puntos de recarga para los coches alternativos. Es una necesidad a la que el gobierno central quiere poner solución con las ayudas del Plan MOVE.
Para Castilla y León se trata de una partida económica de 2,34 millones de euros. Parte de esa cantidad irá destinada a sufragar el 30% del coste a fondo perdido de la instalación de puntos de recarga en estaciones de servicio.
"El coste oscila entre los 5.000 y los 6.000 euros" según Belén Lanuza, responsable de proyectos del Instituto Tecnológico de Castilla y León. Lanuza ha sido la encargada de explicar a la Federación Regional de Castilla y León de Asociaciones de Estaciones de Servicio (FERECLAES) cuál es la estrategia a seguir para la instalación en gasolineras de los puntos de recarga.
Sin embargo, los empresarios del sector creen que, hoy por hoy, su instalación no es rentable y recuerdan además que tampoco tienen ninguna obligación legal de contar con estos puntos de recarga en sus estaciones de servicio.
"Las iremos acondicionando en función de las necesidades del parque móvil" asegura Lorenzo Colomo, presidente de FERECLAES, " pero no podemos ir por delante de la tecnología".
Lo cierto es que el sector tampoco atraviesa su mejor momento. Algunas estaciones de servicio no pueden hacer frente a los márgenes con los que trabajan las gasolineras low cost.
Cataluña y País Vasco ya nos han tomado la delantera en número de puntos de recarga. Para Lanuza "se trata de que Castilla y León no pierda el tren. Es una oportunidad para que el transporte que va de norte a sur pare y disfrute de nuestra comunidad mientras recarga su automóvil".
"Lo que ahora son 40 ó 50 minutos en cargar una batería, dentro de cuatro años serán cinco minutos" explica el presidente de FERECLAES. Lorenzo Colomo se muestra esperanzado y cree que la llegada del vehículo alternativo no supondrá la desaparición de las gasolineras tal y como hoy las conocemos.