Un exalumno ha perpetrado una matanza en una Universidad Cristiana de Oikos, en Oakland, en Estados Unidos. El agresor se ha entregado después de matar a siete personas y herir a otras tres a tiros en ese centro californiano.
No lo ha hecho un adolescente inadaptado, sino un hombre de 43 años que antaño estudió Enfermería en el centro californiano. Al parecer, irrumpió en el centro a media tarde de este lunes armado con una pistola del calibre 45, es decir, bastante potente. Sin previo aviso descargó su cargador sobre los presentes.
'DISPARABA COMO UN LOCO'
"Se quedó parado de pie en la clase y empezó a disparar, le dio a un chico en el pecho, luego a otra persona, disparaba como loco, entonces la gente comenzó a correr”, cuenta un testigo a la cadena estadounidense NBC.
"Cuando llegaron los agentes se encontraron a muchas víctimas tiradas en las aulas, en todo el edificio. Había algunas personas escondidas en habitaciones, bloqueando las puertas con los pupitres, y como cabe imaginarse estaban todos muy asustados”, relata Howard Jordan, el jefe de la Policía de Oakland.
Tras alcanzar a diez personas con sus balas, el agresor huyó para entregarse a cinco kilómetros del lugar de los hechos. La repetición de sucesos como éste reabre el debate de la seguridad en las alulas en Estados Unidos. En lo que va de año han muerto cuatro personas tiroteadas en centros educativos en un país acostumbrado a tragedias como la de la Universidad de Virgina en 2007, cuando un estudiante mató a 35 personas.