Hace años los responsables de ASPAYM se percataron de una realidad social. Los accidentes de tráfico estaban descendiendo. Afortunadamente cada vez son menos las personas con lesión medular que llegan a su centro de Valladolid. Sin embargo hay un tipo de paciente que va en aumento: el que ha sufrido un ictus.
El Hospital Clínico es, en Valladolid, el centro de referencia. León, Burgos y Salamanca completan la cobertura. Pero ¿qué ocurre cuando el paciente abandona el hospital? De pronto tiene que aprender a volver a hablar, o a caminar, o a procesar todos sus pensamientos.
Hasta ahora no existía un lugar donde adaptarse a los déficit que provoca un ictus. Es por eso que ASPAYM decidió poner en marcha ICTIA. Un centro de rehabilitación integral que cuenta con un equipo multidisciplinar: neuropsicólogos, terapeutas ocupacionales, logopedas, entrenadores personales y fisioterapeutas.
Lo fundamental es empezar enseguida con la rehabilitación para disminuir las secuelas. En el primer año se pueden recuperar movimientos y el habla. Un tercio de los afectados logra reincorporarse a su puesto de trabajo. Más de la mitad consiguen llevar una vida normal sin apenas ayuda. Un 20% puede quedar dependiente.
En ICTIA atienden a alrededor de 80 pacientes. El coste de las sesiones de logopedia o fisioterapia, por ejemplo, están adaptados a los bolsillos en tiempos de crisis. ASPAYM está pendiente de firmar varios acuerdos con la consejería de Sanidad que permitan que este centro siga trabajando para que los afectos por un ictus puedan recuperar su vida.