Dos puntos clave en la propuesta de la reforma de pensiones. Retraso en la edad de jubilación, hasta a los 67 años y modificaciones en el cálculo de las prestaciones que se hará por periodos de cotización reales y por más de 15 años.
El Gobierno quiere dar un giro a las prejubilaciones y que éstas sean una excepción. Además, se ampliará paulatinamente la edad mínima legal para alcanzar la jubilación, ahora situada en 52 años.
También cambiará la pensión de viudedad para adaptarse a los nuevos modelos de familia y a la incorporación de la mujer al mercado laboral. Se va a estudiar la compatibilidad de esta pensión con otros ingresos y se tendría en cuenta la edad del fallecido para establecer el derecho a pensión y su cuantía.
En cuanto a las pensiones de orfandad el Gobierno propone una modificación con el fin de que todos los descendientes se beneficien de igual forma.