Meses de calentamiento para arrancar la campaña y para luego empezar a hablar de ETA, Doñana, racismo o "sanchismo". La mayoría en clave nacional. Días de muchos bailes, de pelear por quien consigue más aforo, de mucha carretera y muchos viajes que al final consigue que no sepamos ni dónde estamos como se ha visto en algunos lapsus. Alberto Núñez Feijóo ha sido uno de los que más ha protagonizado hasta el punto de que en Cáceres aseguró que había gente que estaba pendiente de ellos, pero que, por eso, no iba a dejar de hablar.

Ni la lluvia tan esperada nos ha frenado y no solo la que trae agua, también la "lluvia de millones" que criticaba Alfonso Fernández Mañueco entre anuncio y anuncio del Gobierno. Selfies y autógrafos que inmortalizan momentos para recordar, sobre todo si luego no cumplen. Momentos que se hacen virales, como el discurso de Emiliano García-Page hablando de sus hijos, o el saludo de David Bisbal, que se cuelan en campaña. También hemos visto camisetas que rompen barreras y otras que levantan ampollas.

Tantos que nos caben en el carro enorme que presentó el PP en Madrid. Porque en dos semanas no hemos parado, ni estando de celebración como Luis Tudanca que celebró su cumpleaños en plena campaña. Así hemos terminado cansados, pero ya no queda nada para la meta y conocer los resultados.

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