Irene tiene 17 años y estudia Bachillerato con mención de excelencia en idiomas en el Instituto Ramón y Cajal de Valladolid. Su media roza por poco el 10 y su objetivo es entrar en el doble grado en Derecho y Administración de Empresas. Nos abre la puerta con cierto nerviosismo, son las 7.00 y ya está más que preparada. Le acompañan sus padres y su hermana, que le desean suerte con una expresión italiana muy conocida: "In boca al lupo". Ella contesta "Crepi il lupo" y con un abrazo y un par de consejos, nos ponemos en marcha.
Exactamente igual que cada mañana, Irene ha quedado con dos de sus amigas para ir juntas hasta el instituto, en este caso para los exámenes. Durante el camino, comentan los temas que mejor se saben sobre Historia, Lengua e Inglés, las materias del primer día de EBAU.
Una vez allí, se reúnen con Mari Ángeles, su profesora de Lengua y Literatura. Les ayuda en el último repaso y está presente toda la jornada para darles apoyo moral. Mientras dure el examen, se quedará por los alrededores y les esperará a la salida. Durante las dos horas de examen, aprovechamos para hablar con la docente y ella aprovecha para contarnos que Irene es una alumna excelente. Está contenta con su clase en general y segura de que lo harán fenomenal.
A la salida del primer examen, llegan los nervios que no había al principio. Empieza a asomar esa tensión que a primera hora de la mañana ni se palpaba.
Segunda parte de la prueba
Llega el turno de historia y los alumnos ya se saben el recorrido: un par de tramos de escaleras y el aula al fondo del pasillo a la derecha. La 302. Se colocan en una fila casi militar y aprovechan el cobijo de la pared para dar ese último repaso. Se cierran las puertas. Así ocurrirá sucesivamente durante estos días decisivos para, además de Irene y su clase, más de 11.000 alumnos en todo Castilla y León.