Dando un paseo. Así fue como Javier encontró algo muy particular. "Paseaba con mi perro y vi una cosa: un cilindro que no parecía ni hueso ni raíz", cuenta el viandante. Tras observarlo, decidió notificar a Patrimonio, quienes le advirtieron de que podría tratarse de un fósil perteneciente a un animal del Paleolítico medio, exactamente, un colmillo. "Llamé a la Junta. Vinieron a verlo dos personas y me dijeron que podría ser la defensa de un animal", confiesa Rueda. Desde el Servicio Territorial de Cultura de Valladolid aseguran que no sería algo descabellado porque: "Estamos cerca de África, con lo cual, es posible que pertenezca a un elefante de una especie muy antigua", afirma Carmen Villa, jefa del servicio.
Ahora, el hallazgo se encuentra nuevamente enterrado, como marca la ley, a la espera de que comiencen las excavaciones que resuelvan la incógnita: "Con todo lo que se encuentre alrededor se puede determinar si realmente está relacionado con que lo hayan utilizado, lo hayan trasladado en función de los utensilios. O simplemente se encuentra el esqueleto del animal", declara Villa.
Se prevé que los trabajos de excavación comiencen antes de que finalice el año. Castilla y León y Valladolid pudieron haber sido, hace millones de años, el hogar de los elefantes paleolíticos. El hallazgo en el cerro vallisoletano de las Contiendas ha sido el desencadenante de estas dudas.
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