La Junta de Castilla y León deberá modificar las 228 señales que establecen la prohibición de circular a más de 120 kilómetros por hora por los 300 kilómetros de autovías autonómicas, ante la aprobación este viernes de la reducción de la velocidad máxima para estas vías a 110 kilómetros por hora y su entrada en vigor el 7 de marzo.
De momento, la Consejería de Fomento desconoce la técnica que se empleará –pegatina imantada o plastificada-, así como el coste de la medida.
El consejero del ramo, Antonio Silván, consideró esta iniciativa del Gobierno central una nueva “cortina de humo”, “improvisación” y el “prototipo de la ocurrencia”. También, criticó la “absoluta falta de lealtad” y “coordinación” con las administraciones que tienen competencias sobre redes viarias. Además, precisó que hasta última hora de la mañana de ayer su departamento no recibió una comunicación oficial del Ministerio de Fomento sobre esta medida, que aseguró conocieron por los medios de comunicación.
Asimismo, explicó que el Gobierno les ha enviado un proyecto de modificación del reglamento de circulación para que en el plazo de 24 horas hagan observaciones. Silván precisó que con ese plazo se pueden plantear “pocas”, ya que será, previsiblemente, aprobado por el Consejo de Ministros del viernes, para que el 7 de marzo entre en vigor la reducción de la velocidad máxima a 110 kilómetros por hora.
En ese sentido, Silván precisó que todavía la Junta no ha cuantificado el coste de la medida puesto que no se ha comunicado por parte del Ministerio de Fomento la técnica que se empleará, aunque precisó que será “reducido”. Además, apuntó que su departamento también contactó ayer con las empresas de la Comunidad dedicadas a la señalización y éstas le transmitieron que no habían recibido ninguna directriz de Fomento. Por ello, confió en que el Gobierno haya trabajado y ponga a disposición de las administraciones la nueva señalización.
Esta decisión del Gobierno de España afectará a cuatro autovías autonómicas de Castilla y León. De esta forma, un total de 228 señales, que ahora prohíben circular a más de 120 kilómetros por hora, deberán ser modificadas. De ellas, 102 están instaladas en la Autovía del Camino de Santiago (A-231), que conecta León y Burgos; 100 en la Autovía de Pinares (A-601), que une Valladolid y Segovia; 14 en el ramal Toreno-Cubillos del Sil de la Autovía Ponferrada-Villablino (A-631) y 12 en el tramo Palencia-Magaz de Pisuerga de la A-610.
Criterio económico
Antonio Silván también criticó que la medida del Gobierno se haya basado en un criterio económico como es la evolución del precio del petróleo. “No quiero ser alarmista”, dijo el consejero de Fomento, aunque sostuvo que hasta ahora en la regulación del tráfico viario siempre había primado la seguridad vial. “La improvisación juega malas pasadas”, apuntó ya que en su opinión la disminución de la siniestralidad puede invertirse.
Al respecto, Silván indicó que “una prueba más de la ocurrencia” es que en 2008 el precio del barril de Brent tenía un precio de 148 euros y ahora de 115 euros. Sin embargo, censuró que entonces no se tomara esta medida. Aseguró que bajo el “paraguas” de un “ficticio plan energético” se ha presentado una nueva “improvisación, limitación y prohibición”.
Plan energético
Por ello, el consejero reclamó un plan energético “eficaz” y no basado en una “bombilla”, en “quitarse la corbata en verano”, en limitar la velocidad máxima a 110 kilómetros por hora o en cerrar la central nuclear de Santa María de Garoña, lo que supondrá la pérdida de 1.000 empleos.
Respecto a la reducción de la iluminación de las carreteras, que anunció ayer el ministro de Fomento, José Blanco, manifestó que la “idea no es comprobable” e indicó que desconoce si se trata de un “globo sonda” o de una medida que “pasado mañana” se va a “tomar” o “retirar”. A su juicio, se trata de un “ejemplo más” de la “improvisación” y lo calificó como “prototipo de la ocurrencia”.
Cortina de humo
En definitiva, el consejero de Fomento sostuvo que la reducción de la velocidad en autovías y autopistas es una “nueva cortina de humo” que oculta los “verdaderos problemas” de España, entre los que situó el desempleo. Indicó que más de 4,7 millones de españoles no pueden circular ni a 120, ni a 110 kilómetros porque no pueden llenar el depósito de combustible de sus coches, ni tampoco la “nevera”. Finalmente, apostilló que esa situación es “responsabilidad” del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.