La embajadora de Estados Unidos en Naciones Unidas, Susan Rice, ha valorado que el mandatario libio, Muamar Gadafi, parecía "enajenado" al asegurar que su pueblo le ama, en una entrevista que concedió el lunes a varios medios de comunicación occidentales.
"Francamente, suena como si estuviera enajenado. El hecho de que pueda reír hablando para los periodistas mientras está masacrando a su propio pueblo, pone de relieve lo incapacitado que está para liderar y lo desconectado que está de la realidad", dijo Rice en una rueda de prensa en la Casa Blanca.
Interrogada sobre la posibilidad de realizar una intervención militar en el país árabe, la diplomática reconoció que Estados Unidos está discutiendo con sus socios de la OTAN esta alternativa, tal y como había adelantado la secretaria de Estado, Hillary Clinton, aunque consideró "prematura" esta medida.
"Hemos dejado muy claro que hay un amplio abanico de opciones que estamos considerando. Creo que es un poco prematuro especular con una eventual acción militar. Simplemente estamos en el proceso de planear y discutir varias contingencias", agregó.
En la misma línea, reconoció que Estados Unidos está en contacto con "todos los agentes de la sociedad libia para comprender su punto de vista y ser capaces de apoyar sus aspiraciones de libertad y justicia", pero descartó que vaya a ofrecer un apoyo material a la oposición, ya que no está claro quién la representa. "Hay que esperar a ver cómo se unen", indicó.
No obstante, Rice aseguró que Estados Unidos continuará manteniendo la presión sobre el régimen de Gadafi. "Obviamente, queremos ver emerger un Gobierno responsable que respete la voluntad del pueblo libio. Vamos a continuar respaldando sus esfuerzos por alcanzar sus derechos y libertades fundamentales", remarcó.
"Creo que hemos sido muy, muy claros sobre lo que es correcto y moral en esta situación y sobre lo que ha sido inaceptable e inexcusable: la violencia", subrayó Rice, al tiempo que recordó las medidas adoptadas por Washington para cercar al régimen de Gadafi, como la congelación de sus fondos en el país norteamericano.
En este contexto, se refirió a las revueltas democráticas que recorren toda la región y que ya han provocado la caída de los presidentes de Túnez y Egipto, Zine al Abidine Ben Alí y Hosni Mubarak, respectivamente. "Nuestro mensaje es claro: la gente tiene derecho a trazar su propio futuro, esto es, a expresarse, reunirse y elegir a sus líderes libremente, sin violencia ni intimidación", concluyó, según recoge un comunicado.