Luismi aterrizó este domingo en el plató de Castillos y Leones con su nieto Mateo para darlo todo. Entró a escena encarnado en Manolete. Confesó a todos la amenaza de su familia: "Si no ganamos el jamón, no nos dejan volver a casa". Bailó todas las cabeceras del programa, repartió los puntos como si fuera el presentador y levantó al cielo el ansiado jamón. Luismi regresó a su casa, a Belver de los Montes, en Zamora, como el nuevo rey de la televisión.