Ha caído otra ciudad de las pocas que quedan fieles a Gaddafi. Los rebeldes han tomado Misrata, en la costa a 200 kilómetros de Trípoli, tras horas de intenso combate. Incluso han derribado un avión del ejército gracias a cañones antiaéreos que capturaron el domingo en Zawiya.
No se detienen en su avance hacia la capital, a pesar de una contraofensiva en los alrededores de Zawiya y misrata comandada por uno de los hijos del autócrata. Un testigo ha relatado a la BBC que están empleando obuses de largo alcance contra algunas zonas de estas dos ciudades recién perdidas.
"Podría haber centenares de miles de muertos"
El dictador permanece atrincherado en Trípoli con sus todavía fieles. Mussa Ibrahim, su portavoz, ha hablado de guerra civil. Advierte de que "podría haber cientos de miles de muertos" si sigue un conflicto cuyas causas no quieren ver. “Los islamistas quieren que Libia se convierta en una Somalia o en un Afganistán en el mediterráneo para completar su imperio del terror”, ha señalado inistiendo en la tesis del régimen de que la revuelta está orquestada por Al Qaeda.
Respuesa mundial conjunta en Ginebra
Gaddafi pierde terreno en Libia y el mundo se une para que se quede sin nada. Los ministros de Exteriores occidentales debaten en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU de Ginebra qué hacer para que el megalómano caiga cuanto antes. Tratan de dar el último empujon aun dictador que antes recibían con los brazos abiertos.