Un canadiense que estuvo de viaje en Alemania y comió alimentos locales esta primavera podría estar contaminado con la Escherichia coli ('E. coli'). Las primeras pruebas a las que ha sido sometido el paciente revelan la presencia de una toxina compatible con la bacteria, pero habrá que esperar unos días para que pruebas de laboratorio confirmen el caso, informan las autoridades sanitarias de la región de Ontario.
"Se trata de un varón adulto que recientemente volvió de Alemania y que estuvo claramente expuesto a la infección mientras estuvo ahí", ha dicho en una entrevista la jefa sanitaria de Ontario, Arlene King, quien añade que el paciente ha recibido el alta hospitalaria.
King quiso remachar que el riesgo para la población es bajo, aunque no descarta que puedan darse nuevos casos. Ha aprovechado su intervención para recordar la importancia de mantener las costumbres de higiene, sobre todo en el baño, al estar con animales y antes de cocinar y comer.
Se dirigió a los turistas en particular para advertirles de síntomas como diarrea con sangre, problemas de micción, fatiga y palidez por anemia. Concretamente pide a aquellas personas que vayan a desplazarse a Alemania que se informen en la página web de la Agencia Pública de Salud de Canadá y pidan información actualizada a las autoridades germanas durante el viaje.
Por otro lado, ha recordado que más de 630 de las personas hospitalizadas por el E.coli en el resto del mundo sufren una rara y grave complicación que puede provocar fallos en el riñón, algo que no parece sucederle al paciente canadiense.
La cadena estatal CBC apunta que según un portavoz de la Sanidad Pública, no se ha detectado ningún otro caso posible en el país. En Estados Unidos ya hay cuatro enfermos que podrían guardar relación con el brote europeo. King añadió que el departamento de sanidad de Ontario sigue de cerca la evolución del brote en Alemania, mientras los centros médicos han recibido la orden de dar parte de cualquier eventualidad al respecto.